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𝐋𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐦𝐛𝐢𝐚 𝐞𝐥 𝐭𝐞𝐥𝐞𝐯𝐢𝐬𝐨𝐫 𝐂𝟖𝐊 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐞𝐜𝐧𝐨𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚 𝐐𝐃-𝐌𝐢𝐧𝐢 𝐋𝐄𝐃 𝐝𝐞 𝐓𝐂𝐋


La compañía TCL lanzó en Colombia su nuevo televisor C8K, que incorpora tecnología QD-Mini LED y se ofrece en tamaños que van de 65 a 98 pulgadas, con la intención de atraer tanto a usuarios de entretenimiento como a jugadores de videojuegos.
El C8K llega a un mercado colombiano donde la demanda de pantallas de alta definición y experiencias de visualización inmersivas ha crecido en los últimos años, impulsada por el streaming y la popularidad de los videojuegos. Según expertos, los televisores con paneles QD-Mini LED ofrecen un contraste más preciso y una reproducción de color más amplia que los modelos convencionales, lo que permite imágenes con menos halos y mayor realismo.
Este modelo soporta Dolby Vision IQ y HDR10+, formatos que ajustan el brillo y el contraste según el contenido y las condiciones de la habitación, buscando una experiencia más cercana a la de un cine en casa. Además, el C8K cuenta con puertos HDMI 2.1 y soporte para 4K a 144 Hz, junto con tecnologías como Variable Refresh Rate (VRR) y Auto Low Latency Mode (ALLM), características orientadas a optimizar el desempeño en videojuegos.
En sonido, el televisor integra un sistema multicanal con Dolby Atmos y compatibilidad con eARC, lo que facilita la conexión con barras de sonido o receptores externos. TCL señala que la combinación de estas características responde a un interés creciente de los consumidores por dispositivos que integren tanto calidad de imagen como versatilidad para distintos tipos de entretenimiento.
Analistas del sector señalan que el lanzamiento del C8K se produce en un momento en que el mercado local busca opciones que combinen tamaño, tecnología y precio competitivo, en un segmento donde marcas internacionales compiten con fabricantes que ofrecen soluciones similares en resolución 4K y 8K.
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𝐌𝐚𝐭𝐭𝐞𝐥 𝐬𝐞 𝐮𝐧𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐌𝐢𝐤𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐧𝐳𝐚𝐫 𝐮𝐧 𝐣𝐮𝐠𝐮𝐞𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐥𝐢𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐚𝐫𝐭𝐢𝐟𝐢𝐜𝐢𝐚𝐥


La empresa de juguetes Mattel anunció una alianza con la compañía tecnológica Miko para introducir al mercado un robot con inteligencia artificial diseñado para niños. El dispositivo combina entretenimiento y aprendizaje, y busca abrir un nuevo capítulo en la manera en que los menores interactúan con la tecnología.
El acuerdo entre Mattel y Miko se concreta en el desarrollo de un juguete que incorpora inteligencia artificial para ofrecer experiencias interactivas personalizadas. La propuesta incluye actividades educativas, juegos, narración de cuentos y ejercicios enfocados en el pensamiento crítico, con el fin de estimular tanto las habilidades cognitivas como sociales de los niños.
La apuesta no se limita al entretenimiento: los desarrolladores han señalado que el sistema opera en un entorno cerrado, con encriptación avanzada y certificaciones de seguridad como kidSAFE y COPPA, lo que apunta a responder a una de las mayores preocupaciones en este tipo de productos: la protección de datos de los menores.
La alianza contempla varios modelos de robots, entre ellos el Miko Mini y el Miko 3, con precios que oscilan entre los 149 y 199 dólares, además de la posibilidad de acceder a contenidos premium mediante suscripción mensual o anual. Estos contenidos incluyen música, historias, programación y actividades vinculadas a marcas infantiles reconocidas.
El proyecto se inscribe también dentro de una estrategia de responsabilidad social y ambiental. Según Miko, ya se han donado mil unidades a niños en situación de vulnerabilidad y la compañía busca alcanzar la neutralidad de carbono para 2030.
El nuevo producto estará disponible a través de la página oficial de Miko y en plataformas de venta como Amazon, Target y Walmart. Con esta jugada, Mattel se convierte en una de las primeras grandes marcas de juguetes en integrar de manera formal la inteligencia artificial en su catálogo.
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𝐌𝐢𝐜𝐫𝐨𝐬𝐨𝐟𝐭 𝐟𝐢𝐣𝐚 𝟐𝟎𝟑𝟎 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐚𝐧̃𝐨 𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐭𝐞𝐜𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐲 𝐞𝐥 𝐫𝐚𝐭𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐚́𝐧 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐞𝐧 𝐖𝐢𝐧𝐝𝐨𝐰𝐬


𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑖́𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑣𝑒́ 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎 𝑜𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑜 𝑠𝑒 𝑏𝑎𝑠𝑒 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑙𝑒𝑛𝑔𝑢𝑎𝑗𝑒 𝑛𝑎𝑡𝑢𝑟𝑎𝑙 𝑦 𝑎𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑙𝑖𝑔𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑎𝑟𝑡𝑖𝑓𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙, 𝑎𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑒𝑝𝑡𝑖𝑐𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑢𝑠𝑢𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 𝑦 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑖𝑛𝑑𝑢𝑠𝑡𝑟𝑖𝑎.
Microsoft ha puesto fecha a un cambio radical en la forma de interactuar con su sistema operativo: para 2030, asegura, el teclado y el ratón dejarán de ser las herramientas principales de control en Windows. La compañía prevé que, para entonces, el contacto con el ordenador se realice de manera predominante a través de conversaciones en lenguaje natural con agentes de inteligencia artificial.
Según información citada por el portal especializado TechSpot, la empresa apuesta por una IA “agéntica”, capaz de ver, oír y responder como una persona, y que incluso podrá desempeñar funciones específicas como la seguridad informática o la participación en reuniones virtuales en calidad de asistente autónomo. Microsoft sostiene que este cambio reducirá la interacción visual y aumentará la comunicación por voz con el PC, en línea con los intentos que la industria tecnológica lleva años impulsando con asistentes como Siri o Alexa.
El proyecto, presentado en un video bajo el título 'Windows 2030 Vision', forma parte de una estrategia más amplia de inversión en inteligencia artificial. La compañía ha destinado en los últimos meses más de 12.000 millones de euros para desarrollar e integrar estas funciones en todos sus productos. Sin embargo, la recepción no ha sido unánimemente favorable: el material promocional acumula más valoraciones negativas que positivas en la propia plataforma de Microsoft, lo que refleja un grado importante de escepticismo.
Parte de la industria tecnológica y numerosos usuarios cuestionan la viabilidad de sustituir por completo las interfaces tradicionales en apenas cinco años. Críticos del anuncio señalan que este cambio implicaría replantear la base de uso de millones de dispositivos y modificar hábitos arraigados en entornos laborales y domésticos. Además, recuerdan que la compañía ya ha tenido que dar marcha atrás en funciones de IA que no alcanzaron las expectativas anunciadas.
Microsoft, no obstante, mantiene que la automatización de tareas repetitivas por parte de la IA permitirá que las personas se concentren en labores más estratégicas y creativas. Pero esta visión también alimenta temores sobre el impacto en el empleo y sobre la dependencia tecnológica que podría generar un ecosistema dominado por agentes automatizados.