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𝐅𝐚𝐧𝐭𝐚𝐏𝐚𝐩𝐚: 𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐝𝐞𝐨𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐂𝐚𝐫𝐝𝐞𝐧𝐚𝐥 𝐲 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐞 𝐚𝐥 𝐩𝐫𝐨́𝐱𝐢𝐦𝐨 𝐏𝐚𝐩𝐚


En un mundo donde la gamificación ha alcanzado incluso las instituciones más solemnes, FantaPapa irrumpe como un videojuego irreverente, inteligente y sorprendentemente adictivo que pone a los jugadores en el centro de una de las ceremonias más secretas y simbólicas del mundo: el cónclave papal. Desarrollado por un estudio independiente italiano, el juego propone una experiencia única donde la fe, la política, el poder y la estrategia se entrelazan en una sátira cargada de humor y crítica social.
𝗨𝗻 𝗰𝗼́𝗻𝗰𝗹𝗮𝘃𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗻𝘂𝗻𝗰𝗮 𝗹𝗼 𝗶𝗺𝗮𝗴𝗶𝗻𝗮𝘀𝘁𝗲
En FantaPapa, los jugadores asumen el rol de un cardenal en pleno cónclave vaticano. Su objetivo: influenciar, negociar y maniobrar para elegir al próximo Papa… o incluso convertirse en él. El juego se inspira en el formato de las fantasy leagues deportivas (de ahí su nombre), donde se crean equipos y se compite según el rendimiento de figuras reales o ficticias. Aquí, en lugar de futbolistas, se eligen cardenales, y las puntuaciones dependen de factores como su carisma, trayectoria, afinidad con distintas facciones, o incluso escándalos que salgan a la luz durante el proceso.
Cada partida es distinta: las personalidades de los cardenales, sus intereses teológicos, sus alianzas regionales y sus esqueletos en el armario cambian con cada nueva simulación. El jugador debe interpretar señales, usar su influencia política, y decidir si apelar a la tradición o promover una revolución dentro de la Curia Romana.
𝗠𝗲𝗰𝗮́𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗹𝗼 𝘀𝗮𝗴𝗿𝗮𝗱𝗼 𝘆 𝗹𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗳𝗮𝗻𝗼
El juego se divide en fases: deliberación, intriga, votación, y revelación. En cada una, el jugador puede lanzar rumores, negociar votos, revelar cartas ocultas o fomentar movimientos internos. Hay eventos aleatorios como filtraciones a la prensa, protestas en la Plaza San Pedro, o apariciones milagrosas que alteran radicalmente el curso de la partida.
A nivel visual, FantaPapa mezcla estética barroca con interfaces modernas. La música combina cánticos gregorianos con sonidos electrónicos sutiles, creando una atmósfera entre lo solemne y lo surrealista.
𝗨𝗻𝗮 𝘀𝗮́𝘁𝗶𝗿𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗳𝗼𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗲𝗿𝗶𝗼
Aunque claramente paródico, FantaPapa invita a la reflexión sobre cómo se toman decisiones dentro de estructuras de poder antiguas. La lucha entre progresismo y conservadurismo, la presión mediática, y la tensión entre fe y política son temas que el juego no esquiva, sino que explora con un ingenio sorprendente.
Los desarrolladores, al ser cuestionados sobre posibles polémicas, aseguran que su intención no es ofender, sino “abrir una puerta a la discusión sobre el papel de la Iglesia en el mundo actual, desde una perspectiva lúdica y crítica”.
𝗥𝗲𝗰𝗲𝗽𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘆 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼
Desde su lanzamiento, FantaPapa ha generado tanto elogios como controversias. Algunos lo ven como una obra maestra del humor político-religioso; otros, como una provocación innecesaria. Sin embargo, su originalidad y profundidad han hecho que destaque en festivales de videojuegos independientes y entre académicos interesados en ludonarrativas.
Ya se rumorea una expansión que incluiría elecciones en otras religiones y denominaciones, así como modos multijugador donde grupos de amigos pueden vivir su propio cónclave en línea.
FantaPapa no es solo un juego, es una experiencia que desafía los límites de lo que puede ser gamificado. Y en tiempos donde lo sagrado y lo secular se entremezclan como nunca antes, quizás no sea tan descabellado preguntarse: ¿y si el próximo Papa fuera elegido con una app?

